miércoles, 26 de enero de 2011

-EL SECRETO DE LA FELICIDAD -

Cierto mercader envió a su hijo con el más sabio de todos los hombres para que aprendiera el Secreto de la Felicidad. El joven que anduvo cuarenta días por el desierto, hasta que llegó a un hermoso castillo, en lo alto de una montaña. Allí vivía el sabio que buscaba.

Sin embargo, en vez de encontrar un hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas conversando en los rincones, una pequeña orquesta que tocaba melodías suaves y una mesa repleta de los más deliciosos manjares de aquella región del mundo. El sabio conversaba con todos, y el joven tuvo que esperar dos horas para que le atendiera.
El sabio escuchó atentamente el motivo de su visita, pero le dijo que en aquel momento no tenía tiempo de explicarle el Secreto de la Felicidad. Le sugirió que diese un paseo por su palacio y volviese dos horas más tarde.
Pero quiero pedirte un favor -añadió el sabio entregándole una cucharilla de té en la que dejó caer dos gotitas de aceite-. Mientras camines lleva esta cucharilla y cuida de que el aceite no se derrame.
El joven comenzó a subir y bajar las escalinatas del palacio manteniendo siempre los ojos fijos en la cuchara. Pasadas las dos horas, retornó a la presencia del sabio.
¿Qué tal? –preguntó el sabio-. ¿Vistes los tapices de Persia que hay en mi comedor?¿Vistes el jardín que el Maestro de los jardineros tardó diez años en crear?¿Reparastes en los bellos pergaminos de mi biblioteca?.
El joven, avergonzado, confesó que no había visto nada. Su única preocupación había sido no derramar las gotas de aceite que el sabio le había confiado.
Pues entonces vuelve y conoce las maravillas de mi mundo -dijo el sabio-. No puedes confiar en un hombre si no conoces su casa.
Ya más tranquilo, el joven cogió nuevamente la cuchara y volvió a pasear por el palacio, esta vez mirando
con atención todas las obras de arte que adornaban el techo y las paredes. Vio los jardines, las montañas a su alrededor, la delicadeza de las flores, el esmero con que cada obra de arte estaba colocada en su lugar. De regreso a la presencia del sabio, le relató detalladamente todo lo que había visto.
Pero donde están las dos gotas de aceite que te confié –preguntó el sabio-. El joven miró la cuchara y se dio cuenta que las había derramado.
Pues este es el único consejo que puedo darte –le dijo el más sabio de los sabios-:
"El secreto de la felicidad está en mirar todas las maravillas del mundo, pero sin olvidarse nunca de las dos gotas de aceite en la cuchara. "

sábado, 22 de enero de 2011

SOLO QUIERO AIRE

El joven llevaba un tiempo reflexionando sobre el sentido de su vida. Y, para su desconcierto, barajaba múltiples posibilidades sin que destacase ninguna. Un día se decidió por ir a ver a un reputado y sabio maestro y pedirle consejo:
Señor, ¿qué debo hacer para conseguir lo que quiero?, le preguntó.

El sabio no contestó. El joven después de repetir su pregunta varias veces con el mismo resultado se marchó y volvió al día siguiente con la misma demanda. No obtuvo ninguna respuesta y entonces volvió por tercera vez y repitió su pregunta:
¿Qué debo hacer para conseguir lo que quiero, Señor?

El sabio le dijo: Ven conmigo.

Y se dirigieron a un río cercano. Entró en el agua llevando al joven de la mano y cuando alcanzaron cierta profundidad el sabio se apoyó en los hombros del joven y lo sumergió en el agua y pese a los esfuerzos del joven por desasirse de él, allí. lo mantuvo hasta casi ahogarlo.

Al fin lo dejó salir y el joven respiró recuperando su aliento. Entonces le preguntó el sabio: Cuando estabas bajo el agua,¿qué era lo que más deseabas?

Sin vacilar contestó el joven: Aire, quería aire.

¿No hubieras preferido mejor riquezas, comodidad, placeres, poder o amor?

No, señor, deseaba aire, necesitaba aire y sólo aire -fue su inmediata respuesta sin vacilación.

Entonces, le contestó el sabio, para conseguir lo que tú quieres debes quererlo con la misma intensidad que necesitabas el aire, debes luchar centrándote en ello y excluir todo lo demás. Debe ser tu única aspiración día y noche. Si tienes ese fervor, conseguirás sin duda cualquier cosa que anheles.

LOS SEIS PODERES

El libro anónimo que data de 1742 narra en forma amena la historia de un hombre que desde niño lucha por sobrevivir, y ya de anciano, resume ésta batalla en lo que él llama sus seis poderes, que le ayudaron a conquistar tempestades y a disfrutar amaneceres.
1. No te ciegues por el entusiasmo, o por el miedo. Como buen marinero, piensa en el futuro, no dejes lo que has cultivado con tanto esmero por simple entusiasmo o temor momentáneo.

2. La suerte es caprichosa: Hay que buscarla, conquistarla, domarla, y después retenerla con cuidados y detalles. En otras palabras las oportunidades hay que buscarlas sin desfallecer para luego aprovecharlas. Siempre hay oportunidades para quien no se rinde. La persistencia inteligente atrae a la buena suerte.

3. El infortunio no existe sino en la tumba. Mientras tengas vida puedes elegir los caminos que desees. Es más fácil decidir ir cuesta abajo y después culpar al infortunio. Es más fácil dejarse llevar por el rencor o la amargura y después culpar a la vida. La fortuna está en la capacidad de elegir lo que a la larga verdaderamente es lo mejor para tu vida.

4. Tus compañeros te influencian sin que te des cuenta. Si eliges compañeros quejumbrosos y criticones te convertirás en uno de ellos. Si buscas quienes te compadezcan, olvidarás tu poder y tu fuerza y, por lo tanto, perderás la esperanza. Si en cambio eliges a los industriosos y optimistas, no te darán el elogio fácil, porque creerán más en tus resultados que en tus palabras, y, con el tiempo crecerán tu poder y tu fe en tus propios sueños.

5. Nunca dejes que tu imaginación se enferme. En la vida, y especialmente en los momentos difíciles, nuestra imaginación nos puede ayudar a salir adelante, o también a hundirnos. Depende de cómo la usemos. Si visualizas lo peor y lo doloroso, lo encontrarás. Enfócate más bien en lo que quieres, con intensidad y seguridad, y tu imaginación, como un mago a tu servicio, te ayudará a encontrar el camino.

6. Estamos habitados por dos entidades. En todo momento podemos elegir pensamientos positivos o pensamientos negativos: Emociones agradables o dolorosas; hacernos la vida más fácil o más complicada. Tú eres el amo de esas entidades y decides cuando expresar cada una de ellas.

FRASES PARA PENSAR....

" Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas"

"Si se te cierran algunas puertas, siempre encontrarás alguna ventana abierta"

"Si caes 8 veces, levántate 9"

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar"

" Que nadie te diga que no vales para hacer algo, ni siquiera yo. Si tienes un sueño ve a por él y punto"

"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo."

“Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”.

"Cualquier cosa que la mente pueda concebir y creer, la puede lograr"

"El hombre que siempre gana, es el que piensa que puede"
"Vale más saber alguna cosa de todos, que saberlo todo de una sola cosa"

"El azar no existe... Dios no jugaba a los dados"

" A las personas que vamos conociendo en nuestra vida, no se nos cruzan por casualidad, todas ellas han entrado en nuestras vidas por una razón..... la casualidad no existe."

"Todas las cosas sean buenas o malas, suceden por alguna razón"

miércoles, 12 de enero de 2011

LOS PROPÓSITOS PARA EL AÑO NUEVO

 

Con el año nuevo siempre nos planteamos cambios y propósitos nuevos en nuestra vida con la intención de crecer y mejorar como personas y sentirnos mejor con nosotros mismos.

Muchos de estos propósitos se repiten año tras año y al final no somos capaces de cumplirlos y es cuando lo que fueron propósitos para el año anterior se convierten en propósitos para el año nuevo y con ello, vuelta a empezar.

Existen muchos tópicos entre los propósitos para el año nuevo que se repiten no sólo año tras año sino también entre todas las personas. Adelgazar, Comer mejor, el gimnasio, aprender inglés, ser más puntual, etc...

¿Por qué a la vuelta de las vacaciones de Navidad queremos hacer cambios en nuestra vida?

En los momentos de cambio nos planteamos nuevos cambios, podría decirse que el cambio lleva al cambio. Además la vuelta de las vacaciones (tanto la de verano como la de Navidad) es un momento de cambio hacia la “estabilidad” ya que lo que prevemos es que nuestra vida vuelva a la rutina, la sensación es que durante las vacaciones no hubo exigencias, no había que cumplir con los valores sociales que todos interiorizamos, pudimos hacer lo que en cada momento nos apetecía. Al llegar estas fechas, nos planteamos qué queremos ser y qué tengo que hacer para conseguirlo, aunque lo hacemos de una forma poco reflexiva, sin valorar demasiado la importancia relativa de cada elección.
Es también razonable que nos planteemos este tipo de cambios cuando nuestra vida cotidiana va a estar más normalizada, ya que muchos de los propósitos a los que nos referimos en este artículo, son tratamientos o actividades que sólo funcionan para alcanzar “ideales” a medio-largo plazo, no sirve de nada ir un día o dos al gimnasio si mi intención es estar más en forma, tendré que ir durante un tiempo prolongado y ser constante, cosa que resulta más sencilla en épocas de estabilidad.

¿Cuáles son los nuevos propósitos más comunes?

Los propósitos tienen que ver con el ideal del “yo”, con lo que me gustaría ser, sin tener demasiado en cuenta lo que soy o mis posibilidades de serlo, así que según la cultura, la época, la sociedad en la que vivimos, tendré unas ideas u otras sobre ese ideal. En la actualidad, en nuestro país, las ideas que podrían guiar esos propósitos serían:

:: Salud Física: Ir al gimnasio, practicar un deporte, dieta.

:: Belleza: Gimnasio, deporte, dieta, operación de estética, depilación definitiva, etc...

:: Salud Mental: Dedicarnos tiempo para realizar actividades de cuidado hacia uno mismo (deporte, ocio, amistades,...) incluso podemos plantearnos una psicoterapia si pensamos que existe algún problema que nos cuesta resolver, etc...

:: Conocimientos Intelectuales: Cursos de idiomas, informática, etc... Incluso podemos plantearnos hacer una carrera universitaria.

:: Trabajo, Dinero, Vivienda: Cursos de idiomas, informática o cualquier otro que nos ayude a mejorar nuestra expectativa laboral y ascender, sea dentro de nuestra empresa o cambiando de trabajo. Mayor remuneración.

:: Pareja: Mejorar el aspecto físico (gimnasio, dieta,...) realizar actividades en las que prevemos que tendremos oportunidad de encontrar una pareja, etc. Nos podemos plantear dejar un matrimonio o relación que sabemos que no funciona para tener la oportunidad de encontrar otra persona. También la terapia de pareja tan en auge en los últimos tiempos tendría aquí cabida como intento de solución de los problemas con la pareja actual.

:: Familia: Conseguir una pareja adecuada para la constitución de una familia. Buscar que nuestros hijos obtengan todos los objetivos que nos planteamos para nosotros mismos.


En muchos casos, estos propósitos se convierten en fracasos ¿qué podemos hacer para evitar esos fracasos y cumplir con nuestras buenas intenciones?

Creo que es importante que tengamos claro qué estamos buscando con lo que nos proponemos, cuál es realmente nuestro objetivo, cuáles son nuestras posibilidades de alcanzarlo, porque si la decisión, estuvo guiada por un “ideal” es muy probable que nunca alcancemos el objetivo o que ni siquiera exista dicho objetivo (por ej, me puedo plantear estar “más sano” y eso no sé cuánto de sano es o cuándo alcanzaré dicho objetivo con lo que me sentiré frustrado y fracasado en cuanto abandone el propósito).

También podemos observar que muchos propósitos tienen que ver con distintos objetivos y que todos los objetivos se pueden alcanzar por distintas vías, por lo que a la hora de decidir qué propósitos plantearé para el curso que viene, puede ayudarnos reflexionar sobre lo que espero alcanzar y la vía menos costosa (en tiempo, dinero, esfuerzo, etc) de alcanzarlo.

¿Es bueno o malo hacerse propósitos de cambio? ¿por qué?

Con todo, los propósitos de cambio son síntoma evidente de salud y autoestima, ya que lo que me propongo es alcanzar mi ideal de persona, luego me quiero lo suficiente para visualizarme a mí mismo de esta manera y lucho por conseguir ser más sano, más atractivo, más inteligente, tener un mejor trabajo, pareja o familia,...

Lo que no es positivo es hacer propósitos inalcanzables, agotadores, nada satisfactorios, que no tienen demasiadas probabilidades de llevarse a cabo y que si no se cumplen, pueden llevarnos a tener una sensación de fracaso que en lugar de mejorar la visión de nosotros mismos, mine nuestra autoestima llevándonos incluso a sentimientos de profunda tristeza e irritabilidad. En lugar de valorar lo que nos hemos acercado al ideal del “yo” que había guiado nuestra intención, valoramos sólo el fracaso, es decir la no consecución del “yo ideal” y dejamos de querernos.

¿Qué recomendaciones prácticas dais para hacer bien los propósitos?
·                        Darse tiempo para reflexionar sobre el ideal de persona que cada uno tiene en mente y lo que verdaderamente nos proponemos alcanzar.
·                        Ser realista, si nunca he ido al gimnasio, no es muy razonable plantearse que voy a ir todo el año 5 veces a la semana. Quizá puedo empezar por ir un par de veces a la semana y si me gusta, decidir más tarde ampliar el horario. Podemos guiarnos por lo que ocurrió el año anterior y proponernos una mejora respecto a eso, comparándonos con nosotros mismos, tenemos datos más objetivos que movidos por la ilusión y el ideal.
·                        El abandono de un “propósito” no tiene por qué significar el abandono del objetivo que llevó a programar esa actividad, además, en alguna medida, el objetivo está satisfecho y en ese sentido, no tiene por qué ser un “fracaso”.
·                        Buscar / encontrar motivaciones en la propia actividad que voy a emprender y si no se encuentran, pensar que es muy probable que posteriormente se abandone. Si la actividad que me propongo emprender, no tiene ninguna motivación en sí misma, para mí, plantearme si puedo alcanzar el objetivo deseado por otros medios. Por ej es muy común apuntarse al gimnasio con la idea de estar más sano y atractivo/a, pero esto también puedo conseguirlo practicando un deporte, haciendo bailes de salón, aeróbic, etc. y es posible que alguna de estas cosas me resulte placentera en sí misma.
·                        Procurar convertir los propósitos en un estilo de vida y si realmente suponen un gran esfuerzo, acotarlos en el tiempo para poder sentir que hemos concluido con éxito lo que nos proponíamos. Podemos proponernos comer más sano (incluir en nuestra dieta de vez en cuando, alguna fruta o verdura que nos guste, siempre que disfrutemos con ello, etc.) pero si lo que vamos a hacer es una dieta de adelgazamiento, es recomendable que tenga una duración determinada, sino, siempre acabaremos las dietas abandonándolas y por lo tanto, con sensación de fracaso.
·                        En definitiva, tener presente que por muchos propósitos que nos hagamos, es muy posible que no lleguemos a ese “ideal” que podemos colocar en un lugar inalcanzable y que como mucho, vamos a mejorar un poco algunos aspectos de nosotros mismos.


LA IMPORTANCIA DE LA GRATITUD

·        DISFRUTAR DEL PRESENTE PARA MEJORAR EL FUTURO


La gratitud es la forma de atraer más cosas buenas y situaciones por las que puedas estar agradecido a tu vida. Agradecer no es otra cosa que decirle al Universo: me doy cuenta de que mis circunstancias actuales son fruto de mis propios pensamientos y creencias del pasado. Agradecer es enfocarnos en todo lo bueno que tenemos y sentir alegría por ello.

Si has visto o leído El Secreto, habrás escuchado hablar de la importancia de agradecer lo que tienes.
La gratitud es la forma de atraer más cosas buenas y situaciones por las que puedas estar agradecido a tu vida.


Imagínate que quieres vivir en una preciosa casa con 5 dormitorios en el campo, pero que ahora vives en un pequeño y ruidoso apartamento en el centro de la ciudad. Si te enfocas en que no te gusta estar viviendo allí, nunca te irás del apartamento o, si lo haces, será a un sitio igual o aún peor. Si te enfocas sólo en lo que no te gusta, tu vibración será débil y atraerá más de eso mismo que no te gusta.

Ahora bien, si por el contrario reconoces que hasta hoy has hecho lo mejor que creías, que el piso en el que vives te ha dado al menos cobijo, estarás emitiendo un sentimiento de gratitud. Tu mente quedara libre para enfocarse entonces en los nuevos pensamientos acerca de una nueva casa, un nuevo lugar donde vivir. Podrás dejarte sentir por las sensaciones que causarán ahora tus nuevos pensamientos.

Agradecer no es otra cosa que decirle al Universo: me doy cuenta de que mis circunstancias actuales son fruto de mis propios pensamientos y creencias del pasado. Gracias. Me he dado cuenta y ahora elijo disfrutar de otras cosas mejores y buenas para mí.


Y esto se aplica a todos los aspectos de nuestras vidas. Imagínate por un momento una pareja en la que uno continuamente le reprocha al otro las cosas que no le gustan de su forma de ser. Esta pareja está avocada al fracaso absoluto al menos en lo que es la felicidad.


Dado que se está enfocando en lo que no le gusta de su pareja, lo que atraerá es que esa persona se comporte aún más del modo que no le gusta.

Si en lugar de criticar y hacerle reproches, le diera más importancia a aquello que sí le gusta de su pareja, (esto se puede conseguir siempre y cuando haya realmente amor entre dos) lo que obtendría serían más comportamientos de lo mismo, y una sensación de bienestar en aumento por ambas partes.


Agradecer es enfocarnos en todo lo bueno que tenemos y sentir alegría por ello. Es decir, Sí. c
onsigues algo que es bueno para ti y quieres, cuando dejas que aumente naturalmente tu nivel vibratorio. El motor siempre es, la sensación, la emoción y los pensamientos que tengas en cualquier momento. El Universo está perfectamente a la escucha.


Tú eliges: te enfocas en lo que te gusta para así disfrutarlo y atraer más de lo mismo, o eliges quedarte en la queja y el victimismo…con lo cual seguirás atrapado e incomprendido atrayendo…nada agradable!


¡Atrévete a Ser Feliz!


sábado, 8 de enero de 2011

CUENTOS PARA REFLEXIONAR....

Hoy, un cuento de Jorge bucay
EL BUSCADOR

Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador
Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco esa alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda.

Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. 

Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo  invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso  el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de  un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción … "Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días". Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla  decía "Llamar  Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas".

El buscador se sintió terrible mente conmocionado.  Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.

El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. dijo el buscador - ¿Qué  pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo  ha obligado a construir un cementerio de chicos?.
- No ningún familiar
El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fu lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿ Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas  y media?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿horas?, ¿días?…

Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.

Automotivarse, sí o sí

La crisis frustra muchas expectativas. Caer en el desánimo es normal, pero instalarse en él resulta peligroso. Para recuperar la ilusión, los psicólogos aconsejan aplicar la resignación positiva y redefinir los objetivos

Año nuevo, vida nueva. No pocos han acompañado las uvas, cual mantra, prometiéndose nuevos retos y objetivos. Una vez más. Algunos los conseguirán, otros se quedarán en la senda de los buenos propósitos. Pero, ¿qué sucede cuando se ha perdido la ilusión y la motivación por hacer cosas? ¿Cómo se puede estimular y recuperar?

La pereza no existe. Enmascara el temor a afrontar una situación. La resiliencia es la capacidad de afrontar dificultades más allá de lo común. Todos llevamos un resiliente dentro, pero hay que aprender a sacarlo.
No podemos elegir lo que nos ocurre, pero sí cómo tomárnoslo. La motivación (del latín emovere, agitar) nos pone en movimiento y nos permite conseguir logros y metas, "no siempre conscientes ni explícitas", dice Ana Gimeno-Bayón, doctora en psicología y codirectora del Instituto Erich Fromm de Psicología Humanista.

"Podemos hablar de unas tendencias muy primarias, centradas en los aspectos más básicos de la vitalidad (movimiento, búsqueda de placer, escape al dolor, etcétera), cuyo valor-meta es el hecho de estar vivo", prosigue Gimeno-Bayón. Otras tendencias cuyo valor-meta es el individuo (la autoestima, el deseo de aprecio, deseo de poder, etcétera) y unas terceras, más evolucionadas, (a las que el psicólogo Abraham Maslow llamaba "meta-motivaciones"), cuyo valor-meta es la participación, la trascendencia de la propia individualidad (tendencias altruistas, creativas, metafísicas, religiosas...).

¿Cómo salir del pozo de la desilusión? Gimeno-Bayón dice que el principal elemento que incide en la pérdida o recuperación de la motivación "es la ausencia o presencia de la esperanza de conseguir la meta a un precio razonable". Por ello, las personas muy comodonas, aunque puedan alcanzar la meta que desean, no están dispuestas a hacer el esfuerzo que necesitan.

La psicoterapia integradora humanista considera que los comportamientos psicológicos son la resultante de la interacción de elementos temperamentales (muy cercanos a lo biológico), del condicionamiento ambiental, a través de la historia y el aprendizaje del individuo, y de las decisiones propias de este. La perseverancia influye en su capacidad de resistencia al esfuerzo y a la frustración: "Si la persona se ha educado en un ambiente familiar de lucha, de no rendirse ante las dificultades y ha visto cómo ese tipo de comportamiento tenía éxito, es probable que sepa automotivarse y que confíe en sus capacidades de maniobra, como ya ha ido haciendo. Pero si se ha educado creyendo que las cosas son siempre fáciles, o que los demás le solucionarán sus problemas, seguramente no ha aprendido a automotivarse", afirma Gimeno-Bayón.

Oscar Wilde ya decía que el pesimista es aquel que cuando puede escoger entre dos males, elige ambos. "Para estar motivado, tener confianza en uno mismo y autoestima, primero hay que hacer cosas bien, saber valorarlas, atribuirse la responsabilidad de ese resultado y premiarse", afirma Antonio Cano. "Cuando se habla de que uno no tiene fuerza de voluntad", dice Cano, "en realidad no ha aprendido a motivarse, a dirigir su conducta, ponerse objetivos, saber conseguirlos y obtener satisfacción".

Las personas con trastorno de ansiedad, por ejemplo, encubren con la desmotivación como pereza. "La pereza no existe. Puede ser que alguien no quiera hacer algo y le sirva de excusa o enmascare el temor a enfrentarse a una situación porque es contrastarla con la realidad: no soy bueno en un examen, no encontraré trabajo", explica Nathalie P. Lizeretti, psicóloga clínica y colaboradora del hospital de Mataró (Barcelona).
"Igualmente difícil es la automotivación para la persona que tiene una pobre imagen de sí misma, bien porque ha tenido que superar pocos retos y no ha podido comprobar su valía, bien porque ha recibido malas críticas y no confía en sí misma", asegura Ana Gimeno-Bayón.

"Ser optimista ayuda al menos a evitar la profecía de autocumplimiento", dice Natalio Extremera, del Laboratorio de Investigación sobre Emoción y Cognición de la Universidad de Málaga, dirigido por el catedrático PabloFernández-Berrocal. Extremera recomienda no darle vueltas a los pensamientos intrusivos y evitar la comparación con otros, y llegado el caso ponerse en manos de especialistas.

Como dice el escritor Eduardo Galeano, "Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos". Cuando se evaporan las expectativas que se daban por ciertas, como está ocurriendo ahora en tantos casos, generando situaciones tan problemáticas, es lógico que la grave frustración que se produce dé como resultado una reacción de desánimo. "El peligro no es esa reacción, sino instalarse en ella", añade la codirectora del instituto Erich Fromm.

"Pero llega la crisis y salimos del engaño para caer en el desengaño", asegura Gimeno-Bayón. Es el momento de ponerse en marcha y salir del desánimo utilizando lo que la psicóloga llama "resignación positiva", que significa volver a dar significado: saber que algunos objetivos deseados se han mostrado imposibles. "Se han perdido cosas, oportunidades... pero no se ha perdido lo más valioso: uno mismo. Se trata ahora de volver a dar sentido a la propia vida redefiniendo los objetivos, restringiendo las expectativas en forma realista y apoyándose en las capacidades que tenemos los seres humanos de espabilarnos, luchar, ser creativos".

"La inteligencia emocional nos permite manejar los estados de ánimo negativos provocados por los
acontecimientos adversos de la vida cotidiana", asegura Pablo Fernández-Berrocal. "Nos hace menos vulnerables al afecto negativo y la depresión". "La persona que es emocionalmente inteligente sabe que las cosas que ocurren no siempre las podemos elegir, pero siempre podemos elegir cómo tomárnoslas", precisa Gimeno-Bayón.

"Razonando podemos cambiar nuestras emociones negativas en positivas y de esa forma puede aumentar nuestra ilusión y motivación de vivir", explica Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología en el Instituto de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde hace años, desde la psicología positiva, habla del concepto de resiliencia, esa capacidad de afrontar dificultades más allá de lo común. "Muchos llevamos dentro un resiliente que se activa en situaciones difíciles. Pero en los casos en los que la persona tiene una imagen despreciable y frágil de sí misma, necesitará la ayuda de un psicoterapeuta para encontrar o crear ese resiliente", dice la cofundadora del Instituto Erich Fromm.

Fuente: http://www.diarioelpais.com/
JOAN CARLES AMBROJO 07/01/2011

miércoles, 5 de enero de 2011

"PARÁBOLAS, FÁBULAS Y CITAS CÉLEBRES"

En este apartado voy a colgar cuentos, fábulas y parábolas con moralejas  que harán reflexionar a quien las lea y citaré a grandes filósofos con sus grandes frases Este será mi espacio... este será... mi momento.

Mi espacio es tu espacio y mi momento, es tu momento.  Espero que TU tambien participes en él.